jueves, 10 de mayo de 2012

¿Por qué no nombro agencias ni marcas?



Si me lleváis tiempo siguiendo os habréis dado cuenta que siempre que hablo de mis experiencias omito para que marca o agencia estaba trabajando.  He comentado varias veces que iba a escribir este post diciendo el por que. Por fin me he decidido (e inspirado) a escribirlo.

Siendo clara y concisa, cuando comencé el blog decidí no nombrarlas por el simple hecho de evitarme líos. Al fin y al cabo este mundo es un pañuelo y no hay que morder la mano que nos da de comer. Aunque critico a algunas agencias y marcas por su forma de realizar las campañas o por la relación laboral deficiente (a mi modo de ver) no sé en que momento me puede surgir una oportunidad con ellas. Y dependiendo la necesidad que tenga en ese momento (vamos, sino tengo una opción mejor y más fiable) quizá tenga que aceptar un trabajo que me ofrezcan aunque no sean santo de mi devoción. De todas maneras, mis críticas siempre intento que sean constructivas y no destructivas. No crítico por criticar, ni por hacer daño. Sino porque pienso que hay cosas a mejorar y que es necesario que se sepa. Pero no todo el mundo se toma estas cosas de buen agrado.


Se que ciertas agencias se pasan por aquí y aprecian mi trabajo y opiniones porque así pueden mejorar. Doy un punto de vista que muchas desconocen y saben apreciarlo y sacar la parte positiva. Estas son agencias como Ache Azafatas, Red Unio o Dion Azafatas entre otras.  También se que otras no se lo tomarían así, sino como un ataque,… cosa que desde luego no es así. Simplemente intento ayudar a compañer@s, para que no nos toreen. No trabajamos por amor al arte ni somos voluntarios de ONG. Somos trabajadores, eventuales, pero trabajadores, y tenemos nuestros derechos (aunque parece ser que cada vez menos… pero eso es otra historia).

También tengo claro que si en alguna ocasión alguna agencia o marca no me pagara o no me diera de alta, o alguna cosa que considerara grave,  no dudaría en denunciarlo por aquí públicamente, para que no os pasara lo mismo. De momento no se me ha dado el caso, siempre me han terminado pagando aunque haya tenido que estar reclamándolo. Y siempre me han dado de alta aunque en una ocasión no se correspondían con los días que trabajé. En definitiva, tengo críticas porque creo que algunas trabajan regular tirando a mal, pero son cosas que se pueden solucionar o no me han supuesto un trastorno excesivamente grave.

Aun así, pese a mi sumo cuidado con lo que digo, en una ocasión tuve un pequeño conflicto. No con una agencia sino con una marca. Mi pecado fue nombrar a cierta empresa inmobiliaria con relación con cierta entidad bancaria (si conocéis este mundo seguro que sabéis a quien me refiero, pero ojo, yo no he nombrado a nadie aquí que se de aludido quien quiera) con la que estuve trabajando un par de meses después de empezar con el blog. No la nombre por aquí, la nombre en Twitter,.. pero casi me cuesta el trabajo el dichoso twitt.

Os cuento la historia. Era noviembre y me salió esta promoción: 14 días sin parar 8 horitas de promoción al día. Cada día en un pueblo diferente. Regular pagado pero me apañaba el mes, aparte de que solo ocupaba dos fines de semana y los otros dos podía hacer otras promociones. Genial, mes de lujo a la espera de Navidad. Acepté.

Grande Jose Mota
Lo que no me dijeron es que tenía que estar en LA CALLE en pleno noviembre a unos 5 grados las 8 horas con un traje de chaqueta de FALDA. Eso no hay cuerpo que lo soporte. Le dije a mi coordinador (de la marca no de la agencia) que al menos me dejaran ponerme pantalones, que terminaba el día sin sentir las piernas. De primeras me dijeron que no, que me pusiera leotardos negros. Flipe, porque solo imaginarme con el traje de chaqueta con los leotardos me vino a la cabeza la imagen de la Blasa… Al día siguiente me presente cual Blasa que acaba de salir del pueblo y cuando me vio mi coordinador me dijo “Vale, ponte los pantalones”. Lógico, estaba de foto.

Uniforme de azafata
con opción de falda y pantalón
Debajo de la americana llevaba una camiseta térmica, un jersey y la camisa blanca de mi madre puesto que la mía no me valía con tanta capa. La americana menos mal que era una talla más grande porque prácticamente no me podía mover, de hecho casi ni me abrochaba. Además de los pantalones me ponía unos legging debajo y doble capa de calcetines. Di de si los zapatos. De esta guisa iba a trabajar,… no me dejaban ponerme guantes, ni bufanda (aunque tengo que reconocer que terminé poniéndomelos).

Todo esto era cosa de la empresa ya que la agencia nos comprendía a mi y a mis compañeras perfectamente, pero claro en ellas nos decían que nos abrigáramos bien debajo pero debíamos hacerles caso. Vamos que nos daban la razón pero quien ponía la pasta era la inmobiliaria así que a callar. Con este panorama llegue un día a casa, muerta de frío y no se me ocurrió otra cosa que poner en Twitter: “Que frío he pasado hoy realizando la campaña para X”. Juro como que me llamo Irene que no puse nada fuera de lugar. Solo que había pasado frío. Una realidad. De la misma manera que si hubiera sido en verano hubiera dicho que qué calor había pasado. Ni tan siquiera les nombre por echarles la culpa, solo especificaba que era trabajando con ellos. Mi error fue nombrarles. Quizá no fuera acertado por mi parte, pero tampoco fue malintencionado.

Al día siguiente mi coordinador nos reunió a mi y a mis compañeras y nos dijo muy serio le habían informado de que una de nosotras había hablado de la campaña en una red social diciendo que “por su culpa estaba pasando frío”. No tuve problema en reconocer que había sido yo, pero exactamente no fueron esas mis palabras, que el sentido variaba bastante. No es lo mismo decir que se pasa frío, que echar la culpa a alguien de que paso frío. Le enseñé el twitt, no tengo nada que ocultar. Mi coordinador me dijo que le habían ordenado sus jefes que me dijera que borrara el twitt inmediatamente y que si daba problemas me despidiera. Le dije que era una realidad que pasábamos frío y que el lo sabía. Me dio la razón, pero me dijo que borrara el twitt. Borre el twitt pero escribí lo mismo en sucesivos días sin nombrarles. Sabía que tenían mi Twitter vigilado pero no me podían decir nada si no les nombraba. A ver si también me van a tener que decir lo que puedo escribir o no. O si siento frío o no.

Creo que su reacción fue muy exagerada, mucho. Si se pararan a pensar 30 segundos se darían cuenta de que ellos solos estaban dando mala imagen, sin necesidad que nosotras dijéramos nada. La gente que pasaba por la calle nos estaba viendo a diario pasar frío. La mala prensa se estaban dando ellos solitos, ya que la gente se nos acercaba y nos decía: “¿Pero tenéis que estar así, sin abrigo todo el día en la calle? Pero que mala gente son vuestros jefes, como se nota que no están ellos aquí pasando calamidades”. No se acercaban interesados en lo que hacíamos sino asombrados de que estuviéramos sin abrigo en la calle. Mi twitt no especificaba que estaba en la calle, por lo que quien me leyera que no me conociera o no supiera donde estaba trabajando no sabe si paso frío porque estoy en la calle, o porque tengo la calefacción muy baja o porque simplemente soy una friolera.

En mi opinión se tomaron mi twitt como un ataque, como si hablara mal de ellos para dañarlos adrede. No como una simple realidad que era: es invierno, hay 5ºC y hace frío. Y más si me haces estar 8 horas en traje de chaqueta en la calle, de pie, sin moverme de mi stand. Cualquier otra no hubiera ido a trabajar el segundo día o bien hubiera escrito un twitt diciendo que se la helaban hasta las ideas por lo inhumano de nuestras condiciones de trabajo.

Todo esto, claro está, llegó a oídos de la agencia, que no le dio importancia, simplemente nos dijo que hiciéramos lo que nos mandaran y que ya habíamos visto como eran. Que tuviéramos cuidado. Creo que fue la última vez que contrataron a esa agencia, ya que meses después me encontré con una promoción similar y pregunté a las chicas para que agencia trabajaban. Me dijeron otra diferente. Y ya van por la tercera que yo sepa.

Antes de la agencia con la que estaba realizando yo la promoción en ese momento habían trabajado con otra con la que también trabaje con ellos. Por cosas de la vida (este mundo como os he dicho es muy pequeño) me enteré de buena tinta que fue la agencia la que no quiso seguir trabajando con esta empresa ya que había tenido problemas con el trato que daba a sus azafatas (la afectada puede hablar ahora o callar para siempre XD) aunque ellos fueran diciendo que habían cambiando de agencia porque no les gustaba como trabajan sus azafatas. Esto lo escuche yo con mis propios oídos, cuando sabía perfectamente que no era cierto. Además, muchas veces las chicas somos las mismas y más si trabajas en una ciudad pequeña como yo.


En definitiva, si trabajáis como azafat@ o promotor/a os aconsejo que evitéis nombrar a las marcas o agencias en redes sociales a no ser que sea para decir lo maravillosos que son… Sobre todo en Twitter hacen búsquedas para ver que es lo que se habla sobre ellas.

Pdta. Ruego a quien sepa de a quien me refiero que evite nombrar a la inmobiliaria en cuestión en los comentarios o tendré que borrar el comentario. No quiero censurar pero no quiero que me vuelvan a llamar la atención, que ya se hasta que punto son delicaditos. Además que viendo los acontecimientos sufridos por Promotoraloca recientemente por la publicación de un post suyo en el que algún comentario se subía un poco de tono prefiero curarme en salud. Se pueden decir muchas cosas sutilmente y sin decir nombres. Espero me entendáis.

Pdta. 2. Saluditos especiales a mis compañeras sufridoras de esos 14 días de frío. Esas siestas en el coche con las mantas, nuestros bocadillos en el coche bajo la lluvia y nuestras odiseas para poder ir al baño. Eso no está pagado con dinero

Besos J


Ruegos, preguntas, dudas y sugerencias en comentarios o a manual_azafata@hotmail.com. Podeís también suscribiros y seguirme en twitter. ANIMAROS Y PARTICIPAR.