Si me lleváis tiempo siguiendo os habréis dado cuenta que
siempre que hablo de mis experiencias omito para que marca o agencia estaba
trabajando. He comentado varias veces
que iba a escribir este post diciendo el por que. Por fin me he decidido (e
inspirado) a escribirlo.
Siendo clara y concisa, cuando comencé el blog decidí no
nombrarlas por el simple hecho de evitarme líos. Al fin y al cabo este mundo es
un pañuelo y no hay que morder la mano que nos da de comer. Aunque critico a
algunas agencias y marcas por su forma de realizar las campañas o por la
relación laboral deficiente (a mi modo de ver) no sé en que momento me puede surgir
una oportunidad con ellas. Y dependiendo la necesidad que tenga en ese momento
(vamos, sino tengo una opción mejor y más fiable) quizá tenga que aceptar un
trabajo que me ofrezcan aunque no sean santo de mi devoción. De todas maneras, mis
críticas siempre intento que sean constructivas y no destructivas. No crítico
por criticar, ni por hacer daño. Sino porque pienso que hay cosas a mejorar y
que es necesario que se sepa. Pero no todo el mundo se toma estas cosas de buen
agrado.
Se que ciertas agencias se pasan por aquí y aprecian mi
trabajo y opiniones porque así pueden mejorar. Doy un punto de vista que muchas
desconocen y saben apreciarlo y sacar la parte positiva. Estas son agencias
como Ache Azafatas, Red Unio o Dion Azafatas entre otras. También se que otras no se lo tomarían así,
sino como un ataque,… cosa que desde luego no es así. Simplemente intento ayudar
a compañer@s, para que no nos toreen. No trabajamos por amor al arte ni somos
voluntarios de ONG. Somos trabajadores, eventuales, pero trabajadores, y
tenemos nuestros derechos (aunque parece ser que cada vez menos… pero eso es
otra historia).
También tengo claro que si en alguna ocasión alguna agencia
o marca no me pagara o no me diera de alta, o alguna cosa que considerara
grave, no dudaría en denunciarlo por
aquí públicamente, para que no os pasara lo mismo. De momento no se me ha dado
el caso, siempre me han terminado pagando aunque haya tenido que estar reclamándolo.
Y siempre me han dado de alta aunque en una ocasión no se correspondían con los
días que trabajé. En definitiva, tengo críticas porque creo que algunas trabajan
regular tirando a mal, pero son cosas que se pueden solucionar o no me han
supuesto un trastorno excesivamente grave.
Aun así, pese a mi sumo cuidado con lo que digo, en una
ocasión tuve un pequeño conflicto. No con una agencia sino con una marca. Mi
pecado fue nombrar a cierta empresa inmobiliaria con relación con cierta
entidad bancaria (si conocéis este mundo seguro que sabéis a quien me refiero,
pero ojo, yo no he nombrado a nadie aquí que se de aludido quien quiera) con la
que estuve trabajando un par de meses después de empezar con el blog. No la nombre
por aquí, la nombre en Twitter,.. pero casi me cuesta el trabajo el dichoso
twitt.
Os cuento la historia. Era noviembre y me salió esta
promoción: 14 días sin parar 8 horitas de promoción al día. Cada día en un
pueblo diferente. Regular pagado pero me apañaba el mes, aparte de que solo
ocupaba dos fines de semana y los otros dos podía hacer otras promociones.
Genial, mes de lujo a la espera de Navidad. Acepté.
Grande Jose Mota |
Lo que no me dijeron es que tenía que estar en LA CALLE en
pleno noviembre a unos 5 grados las 8 horas con un traje de chaqueta de FALDA.
Eso no hay cuerpo que lo soporte. Le dije a mi coordinador (de la marca no de
la agencia) que al menos me dejaran ponerme pantalones, que terminaba el día
sin sentir las piernas. De primeras me dijeron que no, que me pusiera
leotardos negros. Flipe, porque solo imaginarme con el traje de chaqueta con los
leotardos me vino a la cabeza la imagen de la Blasa… Al día siguiente me
presente cual Blasa que acaba de salir del pueblo y cuando me vio mi
coordinador me dijo “Vale, ponte los pantalones”. Lógico, estaba de foto.
Uniforme de azafata con opción de falda y pantalón |
Debajo de la americana llevaba una camiseta térmica, un
jersey y la camisa blanca de mi madre puesto que la mía no me valía con tanta
capa. La americana menos mal que era una talla más grande porque prácticamente
no me podía mover, de hecho casi ni me abrochaba. Además de los pantalones me
ponía unos legging debajo y doble capa de calcetines. Di de si los zapatos. De
esta guisa iba a trabajar,… no me dejaban ponerme guantes, ni bufanda (aunque
tengo que reconocer que terminé poniéndomelos).
Todo esto era cosa de la empresa ya que la agencia nos
comprendía a mi y a mis compañeras perfectamente, pero claro en ellas nos
decían que nos abrigáramos bien debajo pero debíamos hacerles caso. Vamos que
nos daban la razón pero quien ponía la pasta era la inmobiliaria así que a
callar. Con este panorama llegue un día a casa, muerta de frío y no se me
ocurrió otra cosa que poner en Twitter: “Que frío he pasado hoy realizando la
campaña para X”. Juro como que me llamo Irene que no puse nada fuera de lugar.
Solo que había pasado frío. Una realidad. De la misma manera que si hubiera sido
en verano hubiera dicho que qué calor había pasado. Ni tan siquiera les nombre
por echarles la culpa, solo especificaba que era trabajando con ellos. Mi error
fue nombrarles. Quizá no fuera acertado por mi parte, pero tampoco fue
malintencionado.
Al día siguiente mi coordinador nos reunió a mi y a mis
compañeras y nos dijo muy serio le habían informado de que una de nosotras
había hablado de la campaña en una red social diciendo que “por su culpa estaba
pasando frío”. No tuve problema en reconocer que había sido yo, pero
exactamente no fueron esas mis palabras, que el sentido variaba bastante. No es lo mismo decir que se pasa frío, que echar la culpa a alguien de que paso frío. Le
enseñé el twitt, no tengo nada que ocultar. Mi coordinador me dijo que le
habían ordenado sus jefes que me dijera que borrara el twitt inmediatamente y
que si daba problemas me despidiera. Le dije que era una realidad que pasábamos
frío y que el lo sabía. Me dio la razón, pero me dijo que borrara el twitt.
Borre el twitt pero escribí lo mismo en sucesivos días sin nombrarles. Sabía
que tenían mi Twitter vigilado pero no me podían decir nada si no les nombraba.
A ver si también me van a tener que decir lo que puedo escribir o no. O si
siento frío o no.
Creo que su reacción fue muy exagerada, mucho. Si se pararan
a pensar 30 segundos se darían cuenta de que ellos solos estaban dando mala
imagen, sin necesidad que nosotras dijéramos nada. La gente que pasaba por la
calle nos estaba viendo a diario pasar frío. La mala prensa se estaban dando
ellos solitos, ya que la gente se nos acercaba y nos decía: “¿Pero tenéis que
estar así, sin abrigo todo el día en la calle? Pero que mala gente son vuestros
jefes, como se nota que no están ellos aquí pasando calamidades”. No se
acercaban interesados en lo que hacíamos sino asombrados de que estuviéramos
sin abrigo en la calle. Mi twitt no especificaba que estaba en la calle, por lo
que quien me leyera que no me conociera o no supiera donde estaba trabajando no
sabe si paso frío porque estoy en la calle, o porque tengo la calefacción muy
baja o porque simplemente soy una friolera.
En mi opinión se tomaron mi twitt como un ataque, como si
hablara mal de ellos para dañarlos adrede. No como una simple realidad que era:
es invierno, hay 5ºC
y hace frío. Y más si me haces estar 8 horas en traje de chaqueta en la calle,
de pie, sin moverme de mi stand. Cualquier otra no hubiera ido a trabajar el
segundo día o bien hubiera escrito un twitt diciendo que se la helaban hasta
las ideas por lo inhumano de nuestras condiciones de trabajo.
Todo esto, claro está, llegó a oídos de la agencia, que no
le dio importancia, simplemente nos dijo que hiciéramos lo que nos mandaran y que
ya habíamos visto como eran. Que tuviéramos cuidado. Creo que fue la última vez que contrataron a esa
agencia, ya que meses después me encontré con una promoción similar y pregunté
a las chicas para que agencia trabajaban. Me dijeron otra diferente. Y ya van
por la tercera que yo sepa.
Antes de la agencia con la que estaba realizando yo la
promoción en ese momento habían trabajado con otra con la que también trabaje
con ellos. Por cosas de la vida (este mundo como os he dicho es muy pequeño) me
enteré de buena tinta que fue la agencia la que no quiso seguir trabajando con
esta empresa ya que había tenido problemas con el trato que daba a sus azafatas
(la afectada puede hablar ahora o callar para siempre XD) aunque ellos fueran
diciendo que habían cambiando de agencia porque no les gustaba como trabajan
sus azafatas. Esto lo escuche yo con mis propios oídos, cuando sabía
perfectamente que no era cierto. Además, muchas veces las chicas somos las
mismas y más si trabajas en una ciudad pequeña como yo.
En definitiva, si trabajáis como azafat@ o promotor/a os
aconsejo que evitéis nombrar a las marcas o agencias en redes sociales a no ser
que sea para decir lo maravillosos que son… Sobre todo en Twitter hacen búsquedas
para ver que es lo que se habla sobre ellas.
Pdta. Ruego a quien sepa de a quien me refiero que evite nombrar
a la inmobiliaria en cuestión en los comentarios o tendré que borrar el
comentario. No quiero censurar pero no quiero que me vuelvan a llamar la
atención, que ya se hasta que punto son delicaditos. Además que viendo los
acontecimientos sufridos por Promotoraloca recientemente por la publicación de
un post suyo en el que algún comentario se subía un poco de tono prefiero
curarme en salud. Se pueden decir muchas cosas sutilmente y sin decir nombres. Espero
me entendáis.
Besos J
Ruegos, preguntas, dudas y sugerencias en comentarios o a manual_azafata@hotmail.com. Podeís también suscribiros y seguirme en twitter. ANIMAROS Y PARTICIPAR.